Es una tradición y una cultura
en España desde los tiempo más remotos ver relojes antiguos de esfera en sitios
públicos.
Podemos encontrar relojes de fachada ubicados en las torres de
iglesias y también en edificios públicos
más importantes de la ciudad. La gente está acostumbrada con la existencia de
los relojes de fachada antíguos. En muchos casos los usa para conocer la hora y
en otras ocasiones, para tener un punto de referencia dentro de la ciudad.
Se puede decir que los relojes monumentales o relojes de torre
artesanales siempre han sido los elementos patrimoniales más frágiles de un
campanario. Pero a pesar de su fragilidad, la vida de la mayoría de ellos ha
durado siglos.
Detrás de esta precisión de los relojes monumentales está el trabajo
de verdaderos profesionales en relojería industrial, los cuales vigilan el
funcionamiento de los complicados mecanismos de relojería y los arreglan si es
necesario.
En base de la tradición antigua, los relojes de fachada se hacían con
técnicas artesanales, cuyos secretos se
han transmitido de generación en generación entre los relojeros. De hecho, cada
vez quedan menos expertos en relojería artesanal, porque es una verdadera
ciencia que se aprendía durante años en los talleres de los relojeros maestros.
Hasta hoy día en muchos sitios de España se mantiene viva la
tradición de conservar los antiguos relojes de fachada con sus mecanismos
artesanales y con su mantenimiento pieza por pieza.
Desde los tiempos remotos los relojes de torre han funcionado durante
años con esa impresionante precisión que
siempre ha permitido a las personas a verificar el tiempo precisamente gracias
a la lubricación de sus piezas que evita su desgaste, a la limpieza y al
cuidado manual que le han dado los relojeros – artesanos
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